23 febrero, 2008

14. DOS MANERAS DE VIAJAR

El Pulpo tiene el vicio de abrirle el correo a los vecinos. Y no sólo lee; también responde, como en el caso de esta interceptada postal de Argentina, a la cual adjunto su increíble respuesta.


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San Juan, República Argentina

Querida familia lejana:

El 19 salimos de Mendoza hacia San Juan, donde nos perdimos la conexión. Tuvimos que esperar hasta las 7:45 pm para el siguiente micro. Hicimos tiempo y conocimos un poco San Juan capital, plazas que pisé hace dieciséis años, la casa de Sarmiento, un restaurant, una oficina de turismo y un cybercafé. A la noche fuimos por Vallecito hacia San Agustín del Valle Fértil. Como es costumbre, en los viajes de ida, no duermo. No me canso de mirar el paisaje, por más igual que sea. Sierras combinadas de miles de formas, pintando agujeros y curvas. Después, desierto. Las cuatro horas que duró el viaje nos dio un descanso para respirar. Pero respirar en serio, cielo y aire.

Al día siguiente hizo 42 grados y sensación térmica de 45. Ni una nube. A 80 km del Valle Fértil está el parque Ischigualasto. Tiene 63.000 hectáreas. El Valle de la Luna es una gran depresión (en el sentido de agujero) donde afloran sedimentos que pertenecen al Triásico (Era Mesozoica). El recorrido para los turistas es de 42 km con una duración de 3 hs, en las que se ven distintas formaciones rocosas como el Gusano, el Submarino, el Hongo y Cancha de Bochas. Son formas de erosión trabajadas por el viento sobre rocas sedimentarias, a través de millones de años, que el clima y el paisaje fueron mutando. Entre las capas arcillosas que las componen se pueden visualizar restos fosilizados de la flora y fauna que crecieron en esa zona.

En Talampaya, sobre los enormes paredones rojizos y las rocas hay dibujitos de gente que habitó la zona hace 1000 años. Desde una pared del cañón hacia la otra, gritamos y el eco tardó 3 segundos en responder, repitiéndose 4 veces.
Tomando el camino de vuelta, paramos en un museo minúsculo, creado por unos hermanos que sabían muchísimo. Estaban todos los "bichitos" que pueblan el Valle Fértil, desde hermosas mariposas, pasando por avispas enormes, juanitas, langostas, arañas pollito gigantes, hasta 5 tipos de viudas negras. También había muchas flores y, como el nombre del museo, los distintos tipos de piedras del mundo. Quedamos todos estupefactos y un poco horrorizados después de entrar en el taller. Ahí sostuvimos un frasco con una viuda negra. Son negras y rojas. Ésta tenía una flecha roja que apuntaba hacia arriba, hacia los ojos de quien la miraba.

Me levanté 9:45 y fui al Dique de S.A., paranoica con los "bichitos". Me topé con una vivorita en el camino. El paisaje, lindo. Agüita y sierrotas atrás de color verde. Leí un poco al sol, a orillas del agua, y me volví, un poco melancólica. Armamos las mochilas, almorzamos y nos volvimos para San Juan, donde estoy ahora. A las 21:30 nos vamos para Mendoza, al hostel Sosahaus, en el que estábamos antes.

Espero que anden todos bien, escriban. Besos enormes,
Barbi.



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Nueva York, Estados Unidos

Me copa todo lo que contás del lugar ese a donde te fuiste. Parece súper cul. Pilas chiche bombón re-último modelo. Además tus descripciones son muy completas (tipo: hoy pisé un pedacito de caca de la era mezozoica y la floriculturación agrícola en el valle de la luna se decanta en la superestructuración de las capas volcánicas con detritus de hace veinte millones cuatrocientos doce mil trescientos veintiocho años y tres minutos, ahí justo donde en la foto se ve ese puestito de panchos). Gracia' por la sabiduría, gracia' por la luz.

Pero acá también la pasamos bárbaro. Mis días también son super excitantes. A las seis y media el vecino de abajo gritó con su timbre salvaje y desértico y natural. Me vino bien porque a las siete justo era mi horario para ir en una excursión increíble hacia el Valle del Tualé (que es gratis, no como las garcadas que les cobran a ustedes por subirse a una combi e ir a ver una piedra meada); de camino pude observar la flora y fauna que crece enardecida en el plato con restos de salsa que sigue sin ser lavado (y sin ser levantado de la mesa) después de dos días y que además es una reliquia artesanal que no se consigue en cualquier parte sino sólo en el supermercado de acá abajo, lleno de aborígenes rubios, gordos y de ojos azules. El vasito de plástico también tiene un moldeado muy hermoso. Adentro todavía queda un resto de una bebida oscura y dulzona que los habitantes locales llaman "cola" (nunca pregunté cuál es la relación) pero que nosotros sabemos que está hecha con coca. Por lo de la altura, viste.

A las 7:21 no quise volver a la cama a reponer fuerzas, sino más bien seguir adelante con las actividades planeadas para el día (no estaba como para perdérselo). A las 7.42 tomé un edificante desayuno hecho con especias locales que vienen en una lata y agua natural de un arroyo que justo pasa debajo de la pileta de la cocina, parece. Por eso elegimos este lugar. Desde las 7.59 hasta las 3.59 flasheamos con el paisaje sobrecogedor que se nos ofrecía a través de una ventana cuadriculada y con control remoto (eso allá ni lo ves). A las 4.16 devoramos unos macarrones con queso recién sacados de su caja. Vivificante. Ahí paramos un poco la máquina y descansamos un rato.

Algunos durmieron la siesta para reponer energía pero yo me levanté y me fuí al Lobby a ver qué pasaba. Nada. ¡Cuánta excitación! Tipo 4.47 empecé a rascarme el antebrazo (por deporte) pero como me gustó seguí con el resto de mis partes. Es mejor que los saunas y las piscinas termales, llenas de nenes mugrosos. A eso de las 5.02 debo haber llegado a mi huevo izquierdo (punto final del recorrido) donde raspé una impuricia de la era mezozoica que salvé en una cajita para posterior estudio.

Después se hizo de noche y entramos en esa zona medio psicológica en la que el alma parece flotar junto con la luna y las lamparitas eléctricas. Ahí sentí que la vida vale la pena y que estar vivo está bueno y un montón de cosas que son indescriptibles así, con palabras. A eso de las 11.38 (pm) un gas se movió dentro de mi cordillera intestinal y se perdió en la noche. Inesperado. No hubo tiempo de fotografías.

Espero que no estés celosa de que mis días sean más interesantes que los tuyos. Envidiame un poquito si querés, pero aprovechá tus días lo mejor que puedas, total igual se van a ir y es mejor un buen recuerdo que uno malo. Además sos más linda que yo, tenés eso a tu favor. Lo digo porque sé que los hombres te dicen cosas en la calle. A mí sólo alguno que otro.

Besos en el codo.