14 enero, 2007

Cap. 9: MEXICANOS EN EL CIELO

Ahora que es invierno y hace frío, encontré esta nota escrita en el verano:

En el subte habia un mejicanito con una portorriqueña. Y el mejicanito le decia si le podia dar un beso (estaban juntos, se entiende) y la porto (que le gustaba hacerse la cocorita) se largaba unas parrafadas tipo: "Tu eles como tolos los homble'. Yo estoy contigo y somos amigos, y entonces están los que cleen que todo pasa así... pol alte de magia. No me gusta que me plesionen... Tiene' que aplendél a lespetal a las pelsonas", etc., etc.

Y el mejicanito la miraba desde atrás de sus anteojos azules, y sonreía con una de esas sonrisas mejicanas que quieren decir que no están escuchando un pomo lo que les decís (como cuando en los restaurantes preguntas si te pueden hacer el chocolate con leche, y te dicen que sí, y te lo traen con agua igual) — y entonces, cuando la otra paraba de cotorrear, el mejicanito agarraba y le decía de nuevo: "¿Me das un beso?"

Y la otla empezaba otla vez con su despliegue de eles y de molal y buenas costumbles, y así hasta la playa en Coney Island, que es como el infierno, el purgatorio y el cielo de Dante, todo junto, donde cada persona hace una cosa sola, infinitamente, y esa cosa define lo que es... Por ejemplo yo traté de barrenar y la malla casi se me sale porque no tiene cordón. Y después intenté de nuevo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es porque están condenados como Sísifo.