18 diciembre, 2007

12. EL SUEÑO DE CHUANG TZU

Versión literal e íntegra del sueño de Chuang Tzu, tal como la contó el Pulpo en el capítulo anterior:

“Chuang Tzu soñó que era un elefante. Su altura era enorme y su peso hacía temblar la tierra. Furioso —en el sueño no podía recordar la causa, pero algo de horror se confundía con su ira— embestía contra las ciudades y los hombres, aplastándolos contra la tierra amarilla. Desde la llanura reconoció que la ciudad a la que ahora se acercaba era la suya.
Entonces despertó. Qué liviano le parecía todo… La luz de la mañana atravesaba las susurrantes cortinas y rebotaba sobre los objetos, de vuelta hacia el aire…
En la esquina de la habitación su amanuense había dejado una jarra con agua y un recipiente de plata para enjuagarse la cara. Chuang Tzu se levantó y cruzó el cuarto. Escribiría su sueño. Se preguntó si, para el propósito de su argumento, no sería mejor la imagen de una mariposa en lugar de la del elefante: “Chuang Tzu soñó que era una mariposa, y al despertarse no supo…”
Se sentó. Una tabla de bambú osciló en sus manos. ¿Y el pincel…? Miró hacia atrás. Con cierta alarma se dio cuenta de que las huellas que había dejado desde la cama hasta su escritorio eran rojas y que las plantas de sus pies estaban manchadas de sangre.
Se miró al espejo. En ese momento un peso enorme cayó sobre él y lo aplastó”.

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