24 marzo, 2008

18. ¿CUANTO SABE USTED DE ANTROPOLOGIA? (continuación)

(Esta es la segunda parte de un artículo sobre el Dr. Enzo Taddeus, Antropólogo. Encontrarán la primera en la entrada anterior)

Su tercer trabajo es un estudio breve sobre los Vikingos en la Antártida. A veces la brevedad es transportadora de una consistencia y un poder de convencimiento tales, que previenen a priori toda posibilidad de ahondar más en el tema, como un axioma. Para este trabajo Taddrake contó con el apoyo del gobierno nacional, así como del Instituto para Investigaciones Nórdicas, The Massachussets Institute of Technology y The Rockeffeller Foundation. Tres barcos fueron puestos a su disposición, junto con un personal de 197 personas y un perro. La parte central del documento (sacadas la tapa y la contratapa) resume su conclusión tras arduos meses de investigación: 

Acerca de los Vikingos en la Antártida: 
No hay.

Luego de este verdadero triunfo, las fundaciones se peleaban para tener el privilegio de esponsorearlo. Su estudio sobre la literatura Swalahi del áfrica occidental es, quizá, el trabajo suyo que más ha repercutido en el ámbito académico. Según señala Taddeolis "el gran problema de la literatura Swalahi es que está escrita integramente en Swalahi, y que no se entiende nada", y agrega en una nota al pie: "—nada de nada". En el capítulo dedicado al método de escritura Swalahi el Dr. Taddedes hace uso irrestricto de su erudición mitógica: 

"Usan una cosa que luce como un palito y que, dicen ellos, se las proveen los pájaros (probablemente el vestigio de un ritual antiguo — o están locos). Después hunden la punta en una pequeña vasija llena de un líquido negro, la sacan y la transportan hasta el papel. Acto seguido de la punta del palito, como si se tratara de un truco de magia, un líquido muy similar al que acabo de describir fluye siguiendo los movimientos de la mano, y luego las letras y las palabras pueden distinguirse con perfecta claridad (en el papel, no en el palito). Estos pobres salvages no han visto una computadora en toda su vida. Es también altamente probable que no sepan lo que es una impresora. No contestaron con certeza esa pregunta. Tarde o temprano me enteraré.”

Taddekievich declara: "Habría que enseñarles a escribir en inglés o, si no, en portugués", pero no se detiene en el tema.


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Quiero aclarar que, al analizar la obra de este mesías de la ciencia, mi meta no es menoscabar los méritos de otros, sino resaltar la importancia y la apremiante urgencia de los suyos. La sinceridad alumbra el camino de los asombrados (Nota del Traductor: Bellísimo juego de palabras del Dr. Branson, intraficable de una lengua a otra).

El trabajo de Relzo Taddinis fue pionero en su campo. Si bien él abandonó el tema africano para dedicarse a otras labores, otros tomaron la antorcha de su vademecum teórico. Con éste propósito, en los últimos trimestres un equipo de etnólogos y lingüinis a cargo del Dr. Wáshington Gómez ha puesto en marcha el programa "USA for Africa, part 3 (The Return of the King)".

Wáshington Gómez (quizá más famoso por su traducción de "Dónde cuelga mi campana. Estudios sobre lo largo y lo oscuro", de Peter Gervasio Vhonderstügen), en una entrevista reciente, señala la trascendencia del libro de Taddereis y sumariza la situación actual de los estudios, de la siguiente manera: "El problema no es enseñarles inglés a los Swalahis. Es hacerles olvidar el swalahi. Con este fin se han implementado los últimos métodos experimentales disponibles. El procedimiento es el siguiente: Digamos que la palabra "nga", en swalahi, significa "vaso". Nuestro equipo de psicólogos pone un vaso encima de una mesa X. Se sienta al sujeto de la investigación en una silla en medio de la habitación. Se le jura que nada va a pasarle (lo cual, según nuestros psicólogos, inmediatamente le hace creer al sujeto que algo va a pasarle —esto sensibiliza su atención). Entonces, señalando el vaso, y en perfecto inglés, se le pregunta: "¿Qué es esto?". En el momento en que el sujeto está dando la respuesta con la seguridad del hábito (en este caso, "nga") un especialista de nuestro equipo pasa por delante y, como distraído, se lleva el vaso, dejando sólo la mesa vacía. El que hace las preguntas, señalando la mesa (o la pared o un florero —pero esto es ya un tema más complejo), repite: "nga".

El sujeto entonces pasa por las siguientes etapas:
1) Negación: intenta explicarnos que "nga" no significa "mesa" sino "vaso" y que se refiere al objeto así llamado que se llevó el otro tipo (aquí se introduce también el tema del "otro", la "otredad", un tema muy profundo). La tarea del científico es siempre negar. Señalar la mesa, decir "nga", negar, aguardar.
2) Cólera: intentamos convencer al sujeto de que está enfermo de cólera y que sufre alucinaciones —que vió un vaso donde nunca lo hubo—, lo cual lo irrita sobremanera.
3) Sumisión: el sujeto comprende que su única salida es preguntarnos qué queremos que diga (pero se entiende que no es una imposición de nuestra parte, sino el resultado de un proceso personal). Llegado este punto, restituimos el vaso a su posición original y decimos la palabra correspondiente —en este caso: "glass" (o “vaso” en inglés).

De esta manera nos aseguramos que el sujeto no quiera ni recordar la palabra "nga", que queda así borrada para siempre de la faz del lenguaje. Luego se pasa al siguiente objeto y se repite la operación. 

Esta etapa "sanitaria" está recién dando sus primeros pasos. Todavía no sabemos cómo vamos a enseñarles a decir "montaña", "fotosíntesis", "occipital" y frases complejas como Ñandú roñoso o Un olor incierto nos acecha, pero ya llegaremos. Uno no debe apresurarse."

Quiero señalar que el "timing", la precisión, el saber distinguir el momento exacto en que hay que retirar el objeto de la mesa, es un factor muy importante y delicado, que requiere un alto grado de profesionalismo y sensibilidad, y que demuestra la fina capacitación del equipo del Dr. Washington Gómez. Algunos retrógrados han sugerido la posibilidad de utilizar el castigo físico con los Swalahis. 

Semejante retroceso filosófico debe ser mantenido a raya, antes que nos sumerjamos de nuevo en la noche medieval ("the dark medieval knight", como dice Shakespeare). La tortura psicológica es mucho más moderna y ofrece amplias posibilidades de desarrollo al científico imaginativo. (Nota del Traductor—Ver la delicada mezcla de justeza poética y erudición profunda que demuestra el Dr. Branson en el párrafo que antecede. La cita de Guillermo Shaspeare es suficiente para demoler el mito que hace aparecer al científico como un hombre frío y calculador y malo.)

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(No se pierdan el final de este artículo la próxima semana. O la otra. Cuando llegue la traducción. Es fascinante, estremecedor…)

21 marzo, 2008

17. ¿CUANTO SABE USTED DE ANTROPOLOGIA?

Este es un artículo que encontré mientras navegaba, qué digo, naufragaba en el website de Columbia University. Es interesante porque habla sobre el estado actual de la antropología norteamericana y los estudios a los que se aplica. Estuve intentando volver a encontrarlo y me fue imposible. Supongo que lo sacaron del "online". Según el Pulpo, nunca existió, lo cual me hace sospechar que él sabe exactamente dónde fue a parar. Por suerte lo había copiado.

Lo doy en tres partes para que no se haga tan largo. No tiene desperdicio.

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Unas palabras acerca del avance de las ciencias antropológicas, por el Dr. Julian Branson Jr. (Traducido al castellano por Adelfasio Wagner von Bonn).

[Nota: quienes quieran más información acerca del Dr. Julian Branson Jr. pueden revisitar el capítulo 10 de este mismo Blog].

Estas palabras introductorias fueron leídas ayer por el Dr. Branson, en una reunión celebrada en homenaje al Doctor Enzo Taddeus, Antropólogo y Humanista, reunión a la que nadie asistió, ni siquiera el homenajeado. En realidad la celebración fue postergada hasta el siguiente viernes (fecha en la cual Taddeus dará a conocer los resultados de sus últimas investigaciones), pero el Dr. Branson, según manifestó, "decidió" equivocarse a propósito para demostrar la tesis desarrollada en su nuevo libro "Mistaken Mistakes. How to err properly" (“Equivocaciones quivocadas. Cómo errar apropiadamente”, Miskatonic Press, 2008) según la cual, si el tiempo y el espacio son relativos, entonces las celebraciones también. "Además, yo festejo cuando me da la gana", agregó.

El Dr. Branson cenó carré de cerdo con papas y tres copas de vino tinto. Solo.

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Universidad de Columbia, Nueva York, por el Dr. Julian Branson Jr.

A lo largo de toda la mañana, de toda la tarde y de todo el día, se me ha perseguido fastidiosamente para que escriba unas palabras conmemorativas para la ocasión, a lo cual accedo y procedo con enorme placer. Me ha sido comunicado que el señor Enzo Taddeus finalmente ha concluido con honores la serie de observaciones y experimentos a los que le ha dedicado buena parte de los últimos, extensos, trabajosos, arduos y productivos días de esta semana. Lo primero, en todo caso, es felicitar al Dr. Taddeis y decirle que, sean cuales sean sus observaciones, espero que le aprovechen. Pero, fiel a mis principios éticos, morales y gnoseológicos, no puedo desperdiciar la ocasión de este festejo para, a la vez —y siempre con mi copa alzada en la mano—, intentar corregir un puñado de nociones insidiosas que han rondado los claustros estos últimos años.

"Veritas veritatis", como tengo grabado en el forro interno de mi pantalón. Y digo ésto, y lo reafirmo, acompañándolo con la siguiente verdad, que la Academia suele olvidar: No hace falta tener un título para estudiar al hombre. A lo largo de mi carrera yo he estudiado muchos hombres (y, en los buenos tiempos, incluso algunas mujeres) y ninguno me pidió mis credenciales. Es cierto que los tiempos han cambiado, y que ahora los títulos no son tan fáciles de comprar como antes, pero no olvidemos que adentro, muy adentro y al fondo, de cada científico, hay un hombre que palpita, un hombre que indaga, un hombe que lucha por llegar al corazón de la materia. No hay que olvidar, entonces, que Enzo Taddevich no es un doctor en cualquier cosa, sino en aquello de lo cual la humanidad saca su máximo beneficio. El Dr. Taddellio es, ante todo, un antropófago.

Hay varios trabajos a los que Taddelli debe su fama.

El primero es su deconstrucción del estudio titulado "La Violencia en el Fútbol Argentino", de Godda M. Harriedson, una fulminante pero valerosa respuesta que le valió a este último su expulsión de la cátedra de “Estudio de las Masas” de la Universidad de Harvard. Desde el primer párrafo, el Dr. Tadelus demuestra la precisión de su pensamiento, su constante cuestionamiento del mundo: “Digo yo: ¿Qué violencia?¿Qué fútbol?¿Dónde? Harriedson asume demasiadas cosas y nunca se toma el trabajo de explicarnos qué cosa es un "argentino", algo que sólo puede existir en la bochornosa imaginación de un autodidacta.”

Su segunda publicación vino a traer solaz y respuesta a uno de los temas más apremiantes de la ecología actual. El libro se titula "El Problema del Agua en el Mundo". Con su lógica irresistible y cristalina, casi sin esfuerzo evidente, Taddeki da en el blanco: El verdadero problema son los tiburones.

Es posible que los temas del agua y de la violencia, por ser tan raros, hayan cautivado la atención del público lector. Pero aquél que no se detiene en la superficie de las cosas, aquél que no compra libros porque la contraportada muestre la foto de un escritor hermoso, sabe reconocer en los detalles la punta del iceberg de una personalidad avasallante. Y ese es el caso con el Dr. Taddeus. Yo sostengo, yo afirmo, yo impongo, la necesidad de leer todo el corpus de la obra Taddeiana para tener una visión total del hombre y sus verdades. Querría repasar brevemente el resto de los trabajos de Taddegni y evitar así la injusticia de que queden "per omnia saecula pedorrarum" (Nota del Traductor: En lengua vulgar, "perdidos por un montón de tiempo").


(continuará…)

19 marzo, 2008

AVISO: EL PULPO VIAJA A MADRID

EL Pulpo dice que el mes que viene estará transmitiendo desde Madrid, capital del imperio hispánico. Yo no le creo. Más bien soy de la opinión de que va a estar encerrado en su cuarto de máquinas, acelerado sobre el teclado, mintiendo (que es lo que mejor sabe hacer) e intentando inventar un Madrid creíble y concreto, a pesar de que nunca habrá de pisar una sola baldosa europea. Quizá me equivoco. Veremos.

18 marzo, 2008

16. EN DONDE ME ENTERO DE POR QUÉ ESCRIBO ESTE BLOG

“Mac”, me llamó el Pulpo… Ustedes lo vieron. ¡No miento! ¡Está en la entrada anterior! Mac no es mi nombre, por cierto, pero ¿por qué me suena familiar? Alguna vez fui llamado de esa manera… Reviso mis apuntes… En la entrada número" 4: Una Visita Inesperada" (que todos haríamos bien en releer), fui llamado así por ciertos individuos que a veces, todavía hoy, trepan a mis sueños y los inmovilizan.
—Creo que tengo la respuesta a todos tus interrogantes —interrumpe el Pulpo.
—Que en este caso vendría a siginificar qué cosa…
—Que te obligan a escribir este blog a causa de una confusión. Te confundieron con otro. Creen que sos Dan Mac Marton, el famoso autor de “El Código Stravinsky”. De ahí el nombre “Mac”.
—Imposible.
—Elemental, mi querido... Es la verdad. Creen que la gente va a leer este blog porque está escrito por Mac Marton. Miles de lectores se vuelcan a estas páginas cada día. Y cuando lleguemos al millón… algo terrible va a ocurrir. Así funciona el terrorismo. ¿No es maravilloso?
—¿Y cómo puedo convencerlos de que están en un error, de que soy el que soy?
El Pulpo vaciló, y al final dijo:
—Siendo otro.

13 marzo, 2008

15. PEQUEÑO DIALOGO NOTURNO

Naturalmente el Pulpo censuró mi entrada anterior, en donde cuento cómo roba, abre y contesta correspondencia ajena. Sostiene que es una invasión de su privacidad.
Ustedes dirán: se supone que éste es mi blog y que puedo escribir lo que quiero. Sin embargo no soy tan libre como parece. Realmente no sé para qué estoy acá.
—¿Pero no es ese el sentimiento que nos da la vida… la vida misma…? —dice el Pulpo mientras intenta despegarse una inmundicia de abajo de la uña—. Para qué estamos, ¿no? Haceme un café si eso te hace sentir mejor. (Todos sabemos que el Pulpo no toma café, sólo mate. Pide para encimarme, acorralarme, mantenerme bajo su yugo).
—No — me defiendo—. Quise decir: para qué sigo acá con vos. El blog ni siquiera tiene mi nombre. Tiene el tuyo. Me voy.
— Es que “Pulpo” es fácil de recordar —se apresura—. Es un camino al éxito.
—¿Pero por qué con doble ‘p’, entonces?¿Por qué pulppo.blogspot.com?
—Para que no sea tan fácil de recordar. El éxito total es un fracaso. Si todo el mundo te acepta, algo anda mal. Molestar es necesario, vivir no tanto. Sólo cuando sabemos que a alguien no le gusta lo que hacemos podemos empezar a estar seguros de nuestra victoria… Que las victorias sean pasajeras es otro tema… No me gusta esta última oración. Queda mejor terminar con “…seguros de nuestra victoria”. Borrá el resto.
—Pensé que estábamos dialogando, nada más.
—No, estamos creando la ilusión de un diálogo, que es distinto. Borrá.
—No.
—Borralo, te digo.
—Nop.
—Escuchame una cosa. No te estoy dando una alternativa. Deleteameló right now.
—Pulpo, sos insufrible.
—No. Soy irrebatible.
—Deberías ser aniquilado.
—Sería endiosado.
—¿Sabés qué voy a hacer? Voy a dejar de escribir en este instante. Vas a dejar de existir.
—Mac, lo tuyo es patetíc. Yo no puedo dejar de exis